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EL RETO QUE DEJA JOHNNY

EL RETO QUE DEJA JOHNNY

Por Juan Alberto Flores – Director ejecutivo de Ynnovadores

Era el mes de agosto de 2008, el  gerente de recursos humanos de Corporación Jose R. Lindley me llama: “has sido seleccionado para el puesto de gerente de relaciones institucionales”. Agradecí la gentil llamada y le pedí, ante su sorpresa, me generara una reunión adicional (ya había tenido una durante el proceso) con Johnny Lindley Taboada, presidente del directorio; para tomar la decisión. 

UNA CULTURA DE SERVICIO

Johnny, tan gentil agradeció mi pedido. Le comenté que quería estar seguro de poder aportar ante sus expectativas y la del directorio. Me sorprendió contándome con mucho orgullo el trabajo de su padre, Don Isaac Lindley Stopanie (quien fallece en 1985), un visionario que fundamentó su negocio en el cuidado del capital humano y el respeto por el cliente a través del mejor servicio.

Fue una conversación fantástica, me contó muchas anécdotas divertidas, creativas y también de pérdidas, dolor y sacrificio pero también evidenció su gran preocupación por las necesidades de sus trabajadores, la comunidad, las autoridades, sus clientes y sus consumidores; y justamente para ello era importante contar con las mejores relaciones humanas de confianza basadas en el servicio. Obvio que acepté el empleo y juntos diseñamos el mejor cumpleaños 100 de su querida Corporación (*)

BUSCANDO EMPATÍA Y CONFIANZA

Diez años después de esta maravillosa conversación y ya en el rol de director de Ynnovadores, sigo escuchando a CEO´s de grandes empresas, preocupados por entender las necesidades de sus clientes y consumidores,  en un claro pedido de empatía para hacer más negocios. También escucho a los CEO´s de startups pidiendo oportunidades de conocer nuevos clientes para ofrecer la mejor experiencia de servicio al usuario. Las primeras cuentan con grandes clientes pero con falta de empatía que impacta en la reputación de sus marcas corporativas; las segundas, les faltan clientes pero especializados en el conocimiento de sus usuarios y con marcas nuevas que aún no generan confianza. ¿Qué hacen bien estos chicos y que coincidentemente lo repetía el viejo Johnny? saber escuchar, entender y detectar las necesidades de los clientes y consumidores. Buscar empatía y confianza sigue siendo el reto.

LAS RELACIONES DE CONFIANZA TRAEN NEGOCIOS

En tiempos de fusiones y adquisiciones “sin precedentes”, la aparición de startups, nuevos lanzamientos de productos, innovaciones tecnológicas y fake news, la construcción de marcas corporativas de confianza se debe convertir en algo fundamental para indicar todos los aspectos de la identidad, la reputación y la composición genética de una empresa. Alguna vez, Luis Paredes Stagnaro (director de Corporación Lindley por décadas y quien falleciera en 2017) anoto: “Los Lindley se han hecho peruanos con la práctica” esa identificación con la peruanidad los hizo empáticos e Inca Kola fue el producto de confianza que, a través de las buenas relaciones, conectó con clientes y consumidores de todo el Perú y permitió buenos negocios para sus accionistas. 

Este gesto de peruanidad “hermosamente deliberado” como lo sostuvo Paredes Stagnaro, pienso yo, debe ser imitado por quienes quieren hacer negocios en el Perú. Sean grandes marcas corporativas o pequeñas startups deben buscar su identificación con el país a través de un producto o servicio de altísima calidad, el  reto que deja Johnny: generar la mejor experiencia de usuario y propiciar la construcción de comunidades de clientes y consumidores.

(*) El 28 de enero se cumplieron 4 años de la partida de Johnny Lindley Taboada.

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